La
casida o
qasida, en
árabe "قصيدة", en
persa también چكامه 'chakame') es una forma
poética propia de la
Arabia pre
islámica; se trataba de un género poético extenso, de más de 50 versos e incluso más de 100. Más tarde fue adoptada por los
persas, que la emplearon asiduamente.
La casida árabe
En su origen, la qasida es usualmente un género
panegírico dedicado a un
rey o a un
noble. Las qasidas tiene por lo tanto un tema único, desarrollado lógicamente y cerrado al final de la composición.
Aunque la qasida clásica estaba formada por una única rima que se
mantenía a lo largo de todo el poema, en su forma más extendida suele
componerse de
pareados, aunque en la versión
persa posterior sólo hay un
pareado al comienzo, mientras que a partir de ahí sólo el segundo verso de cada par rima con dicho pareado inicial
En el
siglo IX, el escritor de ascendencia
irania ibn Qutayba dice en su obra
Kitab al-shi'r wa-al-shu'ara' (
Libro de la poesía y los poetas) que la qasida se compone de tres partes: comienza con una apertura
nostálgica, denominada
nasib, en la que el
poeta
reflexiona sobre el pasado. Un tópico usual es el del poeta
persiguiendo la caravana de su amor; cuando logra alcanzar el
campamento, la caravana ya lo ha abandonado. Tras la
nasib suele venir el
tajallus, una especie de alivio de la nostalgia, que sirve de transición a la siguiente parte del poema, el
rahil, en la que el poeta contempla la dureza de la naturaleza y de la vida alejado de la
tribu. Finalmente, el último apartado está dedicado al mensaje central del poema, que puede dedicarse a alabar a la tribu (
fajr); a bromear sobre otras tribus (
hiya); o a presentar máximas morales (
hikam).
Aunque muchas de las qasidas posteriores se apartan de este esquema,
en muchas de ellas sigue siendo reconocible, al menos como referencia.
Una de las qasidas más famosas es la
Qasida Burda ("Poema del Manto") del
Imán al-Busiri, que se basa en la forma clásica del poeta
Ka'b ibn Zuhayr. Ibn Zuhayr la escribió en los primeros días del
Islam, tras su conversión, y a cambio el profeta
Mahoma le regaló su manto.
Variaciones persas del género
Después del
siglo X, los
persas
desarrollaron ampliamente la qasida, y la emplearon para fines
distintos de los originales árabes (panegíricos y nostálgicos). Por
ejemplo,
Naser Josrow empleó el género para expresar contenidos
teológicos o
éticos. El mismo
Avicena empleó la qasida con fines
filosóficos.
En el estilo persa, el comienzo suele describir un suceso natural, como el paso de las
estaciones un paisaje o una amante imaginaria. De aquí surgen distintos subgéneros, como el "poema primaveral" o
baharié (en grafía persa: بهاريه), el "poema otoñal" o
jazanié (en grafía persa: خزانيه), etc. Tras esta introducción viene el
tajallos, en el que el
poeta
normalmente se dirige a sí mismo empleando su seudónimo. La última
parte representa el objetivo fundamental del poema, en la que se pide un
favor o ayuda a un patrón o
mecenas.
Las mejores qasidas en lengua persa fueron escritas por los siguientes poetas:
Tras la invasión mongol, desde el
siglo XIV los poetas
persas se interesaron más por el género llamado
gazal,
gazel
o "gacela", y la qasida fue progresivamente abandonada. El género de la
"gacela" tiene su origen en la primera parte de la qasida, en que los
poetas alaban a sus amantes. Los poetas
místicos sufíes emplearon la "gacela" con fines
religiosos
La casida en la literatura en español
A lo largo del
siglo XX,
diversos autores en lengua española han recuperado y empleado la qasida
para sus propios fines, si bien generalmente no respetan las formas
clásicas árabes en sus textos, por lo que lo único que los une con el
género original es un sentimiento de nostalgia y pérdida, y una temática
generalmente amorosa.
- También el poeta extremeño Félix Grande ha empleado ocasionalmente la casida, como en "Casida de la alta madrugada".