lunes, 27 de octubre de 2014

Sophie Taeuber-Arp


Sophie Taeuber-Arp (Davos, Suiza, 19 de enero de 1889 - Zúrich, 13 de enero de 1943) fue una artista, pintora y escultora suiza. Murió accidentalmente al inhalar los gases de una estufa con deficiente combustión.

Sophie Täuber estudió artes aplicadas en Múnich y Hamburgo. En 1915 conoció a Jean Arp con quien se casó en 1922. Ambos formaron parte del movimiento Dada de Zúrich.
A partir de finales de los años 1920, vivió en París, donde continuó diseñando.
En los años 1930, formó parte de los grupos constructivistas Cercle et Carré y Abstraction-création. También publicó su propio diario constructivista, que llamó Plastique.
Taeuber-Arp, Sonia Delaunay y otros, crearon una colonia de artistas en Grasse, al sur de Francia, activa entre 1941 y 1943.
Su imagen aparece en los billetes de 50 francos suizos desde 1995.
A mediados de los años diez del pasado siglo, Sophie Taeuber y Jean Arp se conocen en Zúrich. Es un encuentro casual y Arp se queda fascinado por esta mujer amable y serena que vive como el personaje de un libro de las horas, estudiosa en su trabajo y estudiosa en su sueño --escribirá en 1948-. Ella es entonces una joven profesora de la Escuela de Artes y Oficios de Zúrich y alumna brillante en las clases de danza expresiva de Rudolf Laban: bailar en libertad, bailar sin pasos; bailar como exige Dadá, movimiento que por esos momentos se establece en Zúrich y a cuyas reuniones se incorporan Arp y Taeuber muy pronto.

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lunes, 20 de octubre de 2014

Rita Renoir


Performance de Rita Renoir
Hay entonces diferentes planos, yo anteayer en el Théàtre de Plaisance y ahora aquí diciéndolo, los que van acercarse por una vía de palabras, y sobre todo lo más difícil de abarcar, una doble corriente que va de la escena al público y de éste a aquélla; intercesor ambiguo, sé que me sentí esa noche como el recipiente de otro contenido, y otra lectura de eso que ocurría sin palabras en un tablado donde todo estaba desnudo, Rita Renoir y las paredes y el piso y el supuesto cielo que volcaba el cono sulfuroso de la luz demoníaca; junto a mí, detrás, la marisma penumbrosa de una platea poblada por risas, susurros, otras lecturas, otras versiones posibles. Intercesor ambiguo porque vanidosamente creo que esa noche tuve contacto, que mi lectura fue una vivencia piel a piel, pero cómo saber si el relator de tantas ficciones no se dejó poseer por una más, así como Rita Renoir se dejaba poseer por un demonio que pocos alcanzaban a concretar, sobrepasados por un espectáculo que los escupía a lo peor de sí mismos, a eso que innoblemente murmuraba y reía en la sombra mientras en mi garganta se cerraba un dogal de garrote, inventándome un suplicio como en la escena Rita Renoir inventaba la ceremonia que en su hora llevo al éxtasis o a la hoguera a tantas inventoras y un horrible, exaltante realidad harto mas cierta y tangible para ellas que el pan nuestro de cada día. En lo ambiguo, en lo relativo, en una luz de teatro me estoy moviendo y no soy más de fiar que Guido Crepax cuando dejó partir a Valentina a su sagas entre vividas y soñadas; digo solamente que una música prepara ese pasaje y entonces Rita Renoir avanza hacia el círculo de luz cárdena, admirablemente envuelta en un ropaje negro, la cabeza y la cara cubiertas por un capuchón hinchado y grotesco que hace pensar en ahorcamientos o pasos de comedia del arte. Sólo sus pies, el nacimiento de las pantorrillas dicen de su juventud y su sexo, el resto un vientre negro traza los encantamientos, una voz mecánica y aguda declinar la nomenclatura de las potencias de la noche...

...Lo que sigue sólo tiene sentido desde Magdalena, desde lo que otros llamarán pornografía, un martirio agresivo que hace trizas las convenciones más aferradas al sistema, la joven bruja para la espalda el diablo, (uso dos palabras del teclado), se agachará hasta tocar el suelo para ofrecer la grupa a ese deseo que la humilla y la arranca de sí misma, su rostro asomará por entre las piernas, el pelo barriendo el suelo, la boca torcida en una mueca de sabbath, y el sexo se abrirá como una almendra, ginecológicamente se expondrá por un tiempo interminable mientras la bruja nos mira, lo mira al revés, cara abajo, y no solamente sexo sino el año, el más escondido detalle de un aparato genital y excretor que las manos de la bruja volverán todavía más visible cuando al término de ese lento minuto petrificado por una transgresión total,  aparte las apretadas nalgas para no vedar y un solo milímetro de piel, y un solo vello a la mirada del que invisiblemente va a tomarla y al mar de ojos que su propio mirar está despreciando desde la ojiva de sus muslos, desde la lengua que se asoma en algo que es maldición y llamado simultaneós. Oponiéndose al erizo todo pinchos afuera, Rita Renoir cierra su esfera ofreciendo al rayo enemigo sus mucosas más sensibles, el doble vulnerable ingreso en el recinto falsamente protegido por los códigos.
Julio Cortázar - Fragmento de Homenaje a una joven Bruja - Territorios

jueves, 16 de octubre de 2014

Ernst Fuchs


Ernst Fuchs nació en Viena en 1930. Su padre era un judío ortodoxo que se había casado con una cristiana. Cuando los nazis ocuparon Viena en 1938, el padre, Maximilian Fuchs, emigró a Shanghai. Ernst se quedó en Viena con su madre. Las leyes nazis no permitían que su madre lo criase así que Ernst fue deportado a un campo para niños de origen racial mixto. La madre acordó un divorcio para salvar al niño del campo de exterminio. 
A partir de 1942 comienza a recibir clases de dibujo, escultura y pintura con Alis Schiemann. Despues con el profesor Fröhlich y con la escultora Emmy Steinböck.
En 1945 ingresa en la Academia de Bellas Artes de Viena donde conoce la obra de Egon Schiele y de Gustav Klimt. En 1948 se convierte en uno de los miembros fundadores de la "Vienna School of Fantastic Realism" y participa en la primera exposición en el Vienna Art Club en Turin, Italia. En 1949 se marcha a París, donde permanecerá 12 años. Despues de años de miseria, consigue reconocimiento internacional
Desde 1952 hasta 1956 realiza viajes a Inglaterra, España e Italia y se queda año y medio en los Estados Unidos
En 1956 se traslada a Israel para vivir en un monasterio en el Monte Zion, pinta iconos y le hacen algunos encargos. En 1962 regresa a Viena, abre una galería que se convierte en el centro de reunión del Fantastic Realism. En 1966 escribe un libro de arquitectura ARCHITECTURA CAELESTIS. En 1970 comienza a trabajar en bronce, granito, plata y resina sintetica. En 1973 compra la villa de Otto Wagner en Viena-Hutteldorf y la renueva completamente. Entre 1974-78 trabaja para el cine y el teatro, diseña los escenarios para las óperas La flauta Magica y Cuentos de los Bosques de Hoffmann, en Munich y en Viena y simultáneamente trabaja en unas series de acuarelas y en sus ensayos folosóficos y poemas. En 1988 se inaugura el Museo privado Ernst Fuchs, coincidiendo con el centenario de la Villa Wagner. En 1993 expone por primera vez en Rusia, en el Museo de San Petersburgo.

lunes, 13 de octubre de 2014

Henri Michaux





Henri Michaux (Namur, Bélgica, 24 de mayo de 1899 - París, 18 de octubre de 1984) fue un poeta y pintor de origen belga, nacionalizado francés.

Pasó su infancia y juventud en Bruselas. Comenzó la carrera de Medicina en la Universidad de Bruselas, pero en 1919 abandonó sus estudios para enrolarse como fogonero en un navío de la marina mercante francesa, en el que viajó a Río de Janeiro y Buenos Aires.

Tras regresar a Bruselas, en 1923 publica su primer texto -"Cas de folie circulaire"- en la revista Le Disque Vert, que dirige su amigo Franz Hellens. Ese mismo año abandona Bruselas y fija su residencia en París, donde inicia su carrera literaria y descubre con entusiasmo el surrealismo, especialmente la obra de Paul Klee, Max Ernst, Giorgio de Chirico y Salvador Dalí. Publica sus primeros libros, Les rêves et la jambe (1923) y Qui je fus (1927).

En 1927 viaja por América Latina, especialmente por Ecuador, y recoge sus impresiones del viaje en su libro Ecuador(1929). Otro viaje, esta vez al Extremo Oriente, entre 1931 y 1932, le proporciona el material para el libro Un bárbaro en Asia (1933). En 1935 inició un nuevo periplo, que le llevó a Buenos Aires y Montevideo.

En 1937 se convierte en el redactor jefe de la revista Hermès, que se publica en Bruselas y cuyo objetivo es "provocar o facilitar ciertas confrontaciones directas entre la filosofía, la mística y la poesía". En 1939 realizó nuevos viajes, y se instaló en el Mediodía de Francia, dedicado a la pintura, en 1941.

Escribió también libros de viajes imaginarios (Voyage en Grande Garabagne, en 1936; Au pays de la magie, en 1941, e Ici, Poddema (1946), compilados en un solo volumen en Ailleurs, 1948); relatos de sus experiencias con las drogas, especialmente con la mescalina (Misérable miracle, en 1956, Connaissance par les gouffres, en 1961), y recopilaciones deaforismos y reflexiones (Passages,en 1950; Poteaux d'angle, en 1971).

Desde 1925, Michaux se interesó vivamente por las artes plásticas, pero es en 1937 cuando empieza a dibujar y a pintar. Expuso con regularidad su obra plástica en varias galerías parisinas, y publicó numerosos libros ilustrados. Se interesó también por la caligrafía.

Escribieron sobre él otros grandes escritores, como Jorge Luis Borges, André Gide, Lawrence Durrell, Octavio Paz y Jean-Marie Le Clézio.

Entre los años 2006 y 2007 se han celebrado en España dos exposiciones dedicadas a analizar su contribución a las artes visuales en el Círculo de Bellas Artes de Madrid y en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo[1] de Sevilla. En esta institución, ubicada en el Monasterio de Santa Maria de las Cuevas, se incluían tres documentales sobre la vida y obra del escritor.


lunes, 6 de octubre de 2014

Manolo Valdés



(Valencia, 1942) Pintor y escultor español. Manolo Valdés Blasco nació el 8 de marzo de 1942 en la ciudad de Valencia. Cursó el bachillerato en el colegio de los dominicos de su ciudad natal. En 1957, una vez finalizados dichos estudios, ingresó en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos. La formación excesivamente académica que allí se impartía no debió satisfacerle demasiado puesto que, sólo dos años más tarde, abandonó esta institución para dedicarse por completo a la pintura.
Ya en los primeros trabajos ejecutados al poco de dejar la Escuela -formalmente deudores de un agonizante expresionismo abstracto-, el joven Valdés demostró una capacidad creadora y una habilidad técnico-formal fuera de lo habitual. En 1962 presentó un conjunto de obras en ese estilo en la Galería Nebli de Madrid, en la que supuso su primera exposición individual.
Asimismo, a principios de los años sesenta, Valdés, junto con los artistas Gorris, Juan Antonio Toledo y Rafael Solbes, entre otros, y el historiador del arte Tomás Llorens, constituyó el grupo Estampa Popular de Valencia. En un momento en el que el país, aunque de manera tímida, se abría a la economía de mercado, el citado grupo abogó por redefinir el papel del arte y del artista en el marco de esa España en pleno proceso de transformación. Para ellos, las nuevas expresiones artísticas, además de hacerse eco de esa naciente situación socioeconómica, debían tomar en consideración el lenguaje y los recursos visuales procedentes de los medios de comunicación de masas.

El equipo crónica

En 1964 Manolo Valdés, Rafael Solbes y Juan Antonio Toledo se escindieron de Estampa Popular y formaron el Equipo Crónica. Un año después Toledo abandonaría el proyecto y éste quedaría, hasta la muerte de Solbes, en 1981, en manos de los dos primeros. El Equipo Crónica, influido por los debates generados en el seno de Estampa Popular, surgió como una crítica al individualismo y a la imagen romántica del artista genio. De ahí la idea de disolver la personalidad de los artistas bajo un nombre colectivo y, a la vez, anónimo.
Aunque ya desde las primeras exposiciones no faltaron voces suspicaces que ponían en duda esa forma colectiva de trabajo -se decía que dentro del grupo Solbes era quien pensaba y Valdés quien pintaba-, lo cierto fue que mientras duró su andadura, ambos conceptualizaron y pintaron por igual. Valeriano Bozal, especialista tanto del Equipo Crónica como de Manolo Valdés, así lo corroboraría: «Su trabajo era colectivo en todos los aspectos, ambos participaban en el debate y en la realización de las obras en pie de igualdad, y ésa fue precisamente una de las razones por las que su lenguaje adquirió singular fortuna».
Desde el primer momento, y en un sentido parecido al formulado por el pop art inglés y norteamericano, el Equipo Crónica consideró que las imágenes, ya provenientes de la alta cultura ya de la cultura de masas, eran esencialmente un vehículo comunicativo. Para ambos artistas, una imagen procedente del cine, el cómic o las revistas ilustradas tenía idéntico valor que una reproducción gráfica de una pintura de Velázquez, Van Gogh o Picasso.
Esta concepción no categórica de la imagen visual será la que, en última instancia, les permitirá descontextualizar y combinar antitéticamente distintas representaciones, generando de este modo significados distintos a los que tenían originariamente y por separado.
Este maridaje compositivo, lejos de ser un atractivo juego visual, será la estrategia a través de la cual el Equipo Crónica proyectará su mirada irónica, cuando no crítica, sobre la realidad de la época. Sin embargo, ese «realismo crítico» con que han definido su obra algunos estudiosos no será su único campo de interés: en series como Autopsia de un oficio (1969-1970), La subversión de los signos (1974), El billar (1977) o Crónica de la transición (1981-1982) revisarán y reinterpretarán los estatutos de la propia tradición pictórica.

Hacia nuevos derroteros

En 1981, cuando estaban trabajando en la que a la postre sería su última serie, Lo público y lo privado, falleció Rafael Solbes. A aquellos momentos personalmente difíciles, a Manolo Valdés se le sumó la incertidumbre de decidir cómo y hacia dónde proseguir su carrera. Podía elegir entre continuar con lo que había sido el Equipo Crónica (solo o en compañía de otro pintor) o emprender camino en solitario.
Eligió esta última opción. La primera exposición que realizó después de la muerte de Solbes fue en la Galería Maeght de Barcelona en 1982. Presentó un conjunto de pinturas y esculturas en las que había reelaborado, sirviéndose de distintos lenguajes vanguardistas, el famoso Retrato de la reina Mariana de Austria de Velázquez. En una línea parecida a la del Equipo Crónica, esa mezcla de motivos y estilos dispares daba lugar a una Mariana transmutada, a una Mariana que, ya a la manera de Picasso, Kandinski o Miró, rebasaba los referentes historicistas para convertirse en un homenaje al propio quehacer artístico.

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