sábado, 7 de septiembre de 2013

Juan Genovés

Juan Genovés
Juan Genovés (nacido el 31 de mayo de 1930 en Valencia) es un pintor y artista gráfico español.

Formado en la Escuela de Bellas Artes de Valencia, desde el inicio de su trayectoria profesional fue un pintor inquieto y preocupado tanto por la n
ecesidad de renovar el arte español como por la función del arte y el artista en la sociedad. Su firme convicción sobre el arte transformador y comprometido con el entorno le llevó a formar parte de colectivos muy significativos en el panorama español de postguerra: Los Siete (1949), Grupo Parpalló (1956) y Hondo (1960). En este último grupo, que supuso nuevos planteamientos figurativos frente al informalismo, Genovés desarrolló una pintura de carácter expresionista y provocador. En la década de los sesenta, tras una breve crisis pictórica y una relación profunda con los movimientos de oposición al régimen franquista, comenzó a plantear dos temas: el "individuo solo", resuelto inicialmente como un "collage" en relieve, y la "multitud", tratado con tintas planas y estructuras plásticas de aspecto cinematográfico.

Esta última propuesta se concretará con el tiempo en un si
ngular realismo político de fuerte denuncia social, confeccionado a partir de la manipulación de imágenes proporcionadas por los medios de comunicación de masas. En los años ochenta inició un nuevo periodo en el que se interesó por el paisaje urbano, reduciéndolo a una gama cromática de grises, azules y ocres que constituyen lo que se ha dado en llamar "espacios de la soledad".

Ha sido galardonado, entre otros, con la Mención de Honor (XXXIII Biennale di Venezia, 1966), la Medalla de Oro (VI Biennale Internazionale de San Marino, 1967), el Premio Marzotto Internazionale (1968), el Premio
Nacional de Artes Plásticas de España (1984), el Premio de las Artes Plásticas de la Generalitat Valenciana (2002) y la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, Ministerio de Cultura (2005).


"El abrazo"
Su obra más conocida probablemente sea El Abrazo de 1976 (pintura perteneciente a la colección del Museo Reina Sofia, en Madrid), reproducida en cartel para Amnistía Internacional durante la transición española, que más tarde se convertiría en la escultura El Abrazo, como homenaje a los abogados muertos en Atocha.

En los años setenta, Genovés comenzó a desarrollar dos temáticas: el “individuo solo” y la “multitud”, trabajando con tintas planas y estructuras plásticas con una distintiva calidad cinemática. Eclipse y otras muchas pinturas de esta exposición, entre las cuales destacan Configuración, Plataformas, y Fin de Trayecto, se relacionan con la exploración que hace Genovés de la multitud, donde el colectivo humano es arrastrado hacia algo más importante que el individuo, tanto hacia el abismo oscuro de Fin de trayecto, como hacia un círculo estrechamente tejido en Plataformas, donde los individuos son asumidos por una enorme espiral. Estos cuadros representan vistas de pájaro de escenas donde no hay ni edificios, ni carreteras, ni árboles, ni ninguna pista que nos refiera a un paisaje común, creando así una intensa dinámica de ansiedad y desubicación. El dinámico uso que hace Genovés de la línea y la perspectiva, en concordancia con un ojo muy preciso para la modulación y uso del color, está fuertemente casado con la convicción del artista de que el arte debería estar socialmente comprometido así como agradar emocionalmente, e incluso físicamente.

Como el reconocido historiador del arte, Francisco Calvo Serraller mencionó hace poco: "Todo Genovés está en el Genovés más reciente, excepto el factor de que el esteticismo de la imagen ofrece una mayor paradójica fuerza moral, porque dramatiza mejor la ausencia de refugio humano, intensifica lo absurdo, la desorientación, y hace la fragilidad más palpable y urgente"


4 comentarios:

Juan Nadie dijo...

Alguno de sus cuadros están por derecho propio en el imaginario colectivo de la democracia.

Sirgatopardo dijo...

Ciertamente.A mí me parece un estupendo artista.

marian dijo...

A mí también me lo parece.
Refleja bien lo que somos o lo que le gustaría que fuésemos. Puntitos y más puntitos, que vistos desde el espacio son un solo punto (insignificante). Se le ve buena intención, pero dispersados los puntos, no tenemos remedio.

Sirgatopardo dijo...

Una curiosa manera de emplear el ser humano como objeto artístico y de reflexión.