Juan Barjola vivía camino de los Carabancheles, detrás de la calle que por entonces se llamaba General Ricardos. Juan Barjola era como un Góngora que fuese carpintero. Se parecía a Góngora, quiero decir (aunque estas cosas no hay que decirlas), pero en artesano.
Juan Barjola hacía perros cheposos, putas viejas, policías tuertos y clientes demediados con una precisión en lo observativo y una calidad en la pintura que me hicieron sacarle del café, dentro de su gabardina de pobre, y pedirle que me llevase a su casa/taller, cambiando varias veces de tranvía...
...Juan Barjola vivía a trasmano de General Ricardos, en un primer o segundo piso con ventanas a unos talleres de coches, o mecánicos, en todo caso, donde los obreros andaban trasteando entre motores y reostatos, ya a la luz incierta de los carburos que eran como estrellas caídas y metalúrgicas del firmamento que empezaba a poblarse de luces.
Caído de le ha un clavel. Barjola me iba mostrando sus cuadros de tristeza y expresionismo mientras la soldadura autógena zumbaba allá abajo. Hoy a la aurora del seno. Niñas poliformas perversas, Goya pasado por Bacon, Barjola por sí mismo, extremeño de Torre de Miguel Sesmero.
Qué glorioso que está el heno. Y yo asistía a mi propio deslumbramiento de estar descubriendo el eterno barroco de España, el avizor implacable de meretrices, perros enfermos y niños con trago a: Murillo, Goya, Solana, Barjola. Porque ha caído sobre él.
Francisco Umbral - Trilogía de Madrid
6 comentarios:
Solamente con leer la primera línea ya sabía que era de Francisco Umbral.
Me encanta Barjola.
Inconfundible Umbral. A Barjola lo conocí gracias a la lectura del libro de Umbral que tú me prestaste.
Bienvenido expresivo Barjola a mi conocimiento.
Una especie de Bacon, como dice Umbral, pero muy español.
QUé gran pintor que tenía olvidado, como a tant@s.
Y yo sin conocerlo...
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