Bajo el título Resistencia y tradición, el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo de Sevilla acoge, desde el 1 de febrero, la primera exposición individual en un museo español del artista y disidente chino Ai Weiwei. El antiguo Monasterio de la Cartuja acogerá una muestra que abarcará la mayor parte de las formas de producción de Ai Weiwei, entre ellas, instalaciones, cerámicas, videos y fotografías, obras que ocuparán la mayor parte de la zona monumental, entre otras salas del edificio. La muestra se podrá visitar hasta el 30 de junio.
Ai Weiwei es hoy día el artista chino con mayor proyección internacional. En su país natal, ha llevado a cabo proyectos como comisario de exposiciones, arquitecto —diseñó el estadio de los Juegos Olímpicos de Pekín de 2008—, y una prolífica actividad en Internet a través de su blog.
En los últimos años, es una de las voces más críticas con el régimen chino.
La construcción de paradojas visuales es el eje principal en la obra del artista argentino Leandro Erlich (1973). Elementos cotidianos, intervenidos de forma impredecible, son el punto de partida hacia una fractura semántica. Los objetos dejan de ser lo que eran, Erlich desestructura su funcionalidad, los anula y los redescubre.
Loris Cecchini nació en Milán en 1969, ciudad en la que vive y trabaja. Su obra se centra en la fotografía manipulada digitalmente y en la realización de instalaciones con objetos blandos, pero él mismo destaca la importancia para su formación como artista de sus estudios de pintura en Siena. En el trasfondo de sus piezas está la memoria de la pintura clásica italiana.
Se inicia tempranamente en el arte de la mano de su padre, restaurador de cuadros. Su obra se encuadra dentro del arte povera y también en la corriente del nuevo realismo, surgida en la década de los sesenta como reacción al ..."cansancio y la esclerosis de todos los vocabularios existentes, de todos los estilos"..., en palabras del propio teórico del movimiento, el francés Pierre Restany. Para los nuevos realistas, el mundo se revela como un cuadro, una gran obra maestra, de la que extraer determinados fragmentos dotados de significado universal. Dentro de este contexto se engloban las pinturas de espejo que tanta fama le han dado. En muchas de ellas aparecen figuras humanas sobre las que también se reflejan el espectador y el resto de la sala, la cual pasa a formar parte de la obra. El objetivo es crear una tensión entre el reflejo móvil del espectador y la imagen congelada de la imagen pintada, jugando al mismo tiempo con el concepto de doble. Por otro lado realiza obras con materiales como el plexiglass o la piedra miliaria. Dentro de sus trabajos más conocidos está el gran conjunto de esculturas e instalaciones Oggetti in meno (1965 - 66). De la segunda mitad de esta década son asimismo Monumentino y La Venus de los trapos (1968) y ya dentro de los años ochenta destaca la serie Imagen (1989). ElGAM de Turín le dedica una retrospectiva en el año 2001.
El trabajo de Cai Guo-Qiang abarca desde los dibujos con pólvora haasta las esculturas efímeras y las instalaciones monumentales, siempre preñadas de referencdias a la historia china, la cosmología taoísta y los sucesos políticos de actualidad. Esto último Cai lo aborda en una espectacular instalación para I want to believe, su retrospectiva de 2008 en Nueva York: del centro de la rotonda del Guggenheim, el artista (un experto diseñador escén ico, por cierto) suspendió inopportune: Stage One (2004), una serie de nueve coches que flotan en el aire para representar en cinematográfica progresión los efectos de un coche bomba. Desde los años ochenta, Cai ha estado trabajando en dibujos realizados mediante la ignición de pólvora explosiva sobre grandes hojas de papel. Estas obras poseen un aura que evoca tanto los vívidos gestos del expresionismo abstracto como las superficies más tranquilas de la pintura tradicional china. La pólvora también es el centro de una serie de obras medioambientales iniciadas en 1989, y que combinan la tradición del land art con la de los fuegos artificiales chinos. para estos explosivos acontecimientos, Cai organiza coreografías pirotécnicas que trazan en el cielo dibujos efímeros. Estos espectáculos también están pensados como experiencias sociales y festivas que el artista, no sin ironía, cree que podrían percibirse incluso desde el espacio exterior. Cai ha participado en muchos certámenes internacionales, estableciéndose como uno de los artistas emergentes más importantes de su país. En la Bienal de Venecia de 1999 recibió el León de Oro por Venicés Rent Collection Courtyart (1999), una serie de esculturas de arcilla sin cocer que mostraban iconos de la Revolución Cultural. También ha organizado la ceremonia de apertura de los Juegos Olímicos de Pekín 2008.
Aun siendo un artista con tan fuerte bagaje social, Diango Hernández da forma a su trabajo con un dominio absoluto de la poética de lo plástico y lo narrativo. Diango Hernández no duda en intercalar instalación con escultura, pintura o dibujo, para introducirnos en un mundo estético tan bello como crítico, cargado de historias anónimas y de la energía añadida de sus soportes, que en muchas ocasiones son testigos presenciales de un pasado concreto: álbumes de fotos, cuadernos escolares, documentos de archivo y otras rarezas rescatadas del olvido sobre las que el artista carga todo el peso de la historia.
Entre sus exposiciones más recientes podemos mencionar las que han tenido lugar en la Blood Mountain Foundation, Budapest, Hungría; Museum Morsbroich, Leverkusen, Alemania; Museum für Gegenswartskunst Siegen, Siegen, Alemania; Alexander and Bonin, Nueva York, EEUU; Hayward Gallery, Londres, Reino Unido; o MUSAC Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León, León, España.
La obra de Diango Hernández se encuentra representada en colecciones internacionales tan prestigiosas como The Museum of Modern Art, Nueva York, EEUU; Inhotim Centro de Arte Contemporanea, Belo Horizonte, Brasil; MUSAC Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León, León, España; o la Colección Bergé, Madrid, España.
Hasta hoy, no hay un sólo retrato conocido de On Kawara. El genio nipón no concede entrevistas ni imparte conferencias. Nunca comenta públicamente su obra. Pocos lo han visto o saben algo de él fuera de su trabajo como artista conceptual.
Su única biografía, publicada en 1974 a manera de presentación para una exposición, dice así: On Kawara, artista-japonés, 25,712 días.
Desde 1966, On Kawara trabaja diariamente en la creación de una pieza diaria que eventualmente se sumará a la famosa Today Series: una colección de pinturas que muestran en letras blancas, sobre un fondo de color sólido, la fecha en que cada obra fue realizada con otros agregados en código siguiendo varias reglas, entre ellas: cualquier pintura no terminada antes de medianoche será abandonada; cada una será acompañada por un contenedor con información sobre las experiencias cotidianas del artista (como puede ser una nota de periódico); toda pieza será adaptada al sistema de puntuación, lenguaje, etc., de la ciudad en donde sea creada.
La serie I GOT UP reúne una colección amplia de postales que el artista envió durante años a sus amigos y familiares: cada una contenía la hora a la que se levantaba cada día; I WENT, cartas enviadas también diariamente, con la lista de direcciones recorridas; el libro titulado I MET, es en realidad otro listado, éste de todas las personas que su autor ha conocido; I STILL ALIVE compendia una serie de telegramas, enviados siempre a la misma hora, con el mensaje: “I still alive”.
En conjunto, su trabajo puede verse como una especie de archivo del paso del tiempo a través de On Kawara.
Su obra, hay que decirlo, a pesar de los lapsos abrumadores que enmarca o la disciplina requerida para llevarse a cabo, es más bien escueta en tanto a plasticidad. Es además una reflexión encerrada en sí misma donde el artista, a partir de la exposición de todo este montón de datos inútiles sobre su vida cotidiana, parece intentar más bien un acto de escapismo. Expresar una desaparición o desaparecer, mejor, en la inmensidad del calendario donde traza estas muescas patéticas. Una idea original, si me preguntan a mí, que valdría la pena explorar en las piezas de este señor.
Su última exposición, One million years, surgió de una obra que data en realidad de 1969, consistente en una serie de libros (12 volúmenes). En esta nueva versión de la pieza, una instalación, dentro de una cabina vemos un escritorio tras el cual están sentados un hombre y una mujer. Sus voces pueden escucharse desde afuera (la primera presentación de One million years tuvo lugar en la calle) y en principio producen la sensación de que ambos sostienen un diálogo. Cuando el espectador se acerca, se da cuenta de que en realidad están tomando turnos para leer los libros de On Kawara, cuyas páginas contienen una lista de fechas que van desde 998,031 AC hasta 1969 DC. Esta primera lectura recorre un millón de años hacia el pasado y una segunda lo hará hacia el futuro, de 1980 DC a 1,001,980 DC. Dicha lectura la completarían diversos colaboradores, sus voces serían después grabadas en una serie de discos que representarán una nueva versión de la pieza.
El artista dedica la lectura del pasado a todos aquellos que han vivido y muerto, y la del futuro al último que sobreviva.
Aquí un video donde puede apreciarse el funcionamiento de la instalación.
El artista disidente chino Ai Weiwei declaró a que su combate contra el fisco "muestra al mundo el sistema" en China, cuando acudía este miércoles a la oficina de los impuestos para poner en marcha un recurso contra un enorme reajuste fiscal.
"Podemos aprovecharlo como una ocasión de mostrar al mundo en qué sistema" estamos, dijo a AFP Ai Weiwei, que pudo depositar el martes una cuantiosa garantía gracias a ayudas recibidas de seguidores del artista plástico para poderse defender de un reajuste impositivo destinado en su opinión a "machacarlo".
El pintor, escultor, arquitecto y artista plástico, crítico acerbo del régimen comunista, fue detenido la pasada primavera, mantenido en lugar secreto tres meses y acusado de un fraude fiscal de gran magnitud.
Ai Weiwei recibió hasta el pasado fin de semana donaciones por un total de 8,69 millones de yuanes. Este miércoles explicó que la ola de solidaridad, que ha irritado mucho sin duda a las autoridades, la hizo ver que "no está solo" en su combate.
El artista pudo depositar el martes 8 millones de yuanes (930.000 euros) de garantía para poder recurrir el ajuste fiscal de 15 millones de yuanes que le reclaman las autoridades (1,7 millones de euros).
Añadió que "está muy bien de moral gracias a todas las donaciones que le han llegado por internet". Prometió devolver ulteriormente todas las donaciones que ha recibido
"No podremos presentar el recurso hoy" explicó Ai, y precisó que serán necesarios unos días más. Acudió a la oficina recaudatoria para firmar un documento que le garantiza que el dinero depositado servirá de garantía y no constituye un pago.
Asiduo utilizador de los medios sociales, Ai Weiwei confió a la AFP que no ha tenido mucho tiempo últimamente para dedicarse a su producción artística, pero su combate por los derechos humanos puede entrar en esta categoría.
"Pienso que mi trabajo artístico es éste. Mi obra trata de la comunicación y expresión de mi preocupación social", declaró el disidente, que ha realizado una larga investigación sobre los derrumbes de las escuelas, construidas en plan barato, durante el sismo de Sichuan de 2008, y la muerte de un alto número de niños.
Ai Weiwei, célebre sobre todo por haber participado en la concepción del "nido de pájaro", el estadio olímpico de Pekín, niega cualquier evasión de impuestos.
Los servicios fiscales le abrieron una investigación después de permanecer detenido en secreto cerca de tres meses, de primeros de abril a finales de junio, tras ser detenido en el aeropuerto de Pekín cuando se disponía a viajar a Hong Kong.
Su detención, que levantó una ola de indignación en el mundo, se produjo en el marco de una represión considerable lanzada en febrero por las autoridades chinas contra los disidentes y militantes de los derechos humanos.
Ai Weiwei expuso en el prestigioso Tate Modern de Londres, una instalación gigante formada por una alfombra de granos de girasol de porcelana.
El mes pasado, Ai Weiwei fue nombrado la personalidad artística más influyente en el mundo por la revista británica Art Review.