sábado, 22 de septiembre de 2012

Rosario La Tremendita & Mohammad Motamedi

La casida o qasida, en árabe "قصيدة", en persa también چكامه 'chakame') es una forma poética propia de la Arabia preislámica; se trataba de un género poético extenso, de más de 50 versos e incluso más de 100. Más tarde fue adoptada por los persas, que la emplearon asiduamente.

La casida árabe

En su origen, la qasida es usualmente un género panegírico dedicado a un rey o a un noble. Las qasidas tiene por lo tanto un tema único, desarrollado lógicamente y cerrado al final de la composición.
Aunque la qasida clásica estaba formada por una única rima que se mantenía a lo largo de todo el poema, en su forma más extendida suele componerse de pareados, aunque en la versión persa posterior sólo hay un pareado al comienzo, mientras que a partir de ahí sólo el segundo verso de cada par rima con dicho pareado inicial
En el siglo IX, el escritor de ascendencia irania ibn Qutayba dice en su obra Kitab al-shi'r wa-al-shu'ara' (Libro de la poesía y los poetas) que la qasida se compone de tres partes: comienza con una apertura nostálgica, denominada nasib, en la que el poeta reflexiona sobre el pasado. Un tópico usual es el del poeta persiguiendo la caravana de su amor; cuando logra alcanzar el campamento, la caravana ya lo ha abandonado. Tras la nasib suele venir el tajallus, una especie de alivio de la nostalgia, que sirve de transición a la siguiente parte del poema, el rahil, en la que el poeta contempla la dureza de la naturaleza y de la vida alejado de la tribu. Finalmente, el último apartado está dedicado al mensaje central del poema, que puede dedicarse a alabar a la tribu (fajr); a bromear sobre otras tribus (hiya); o a presentar máximas morales (hikam).
Aunque muchas de las qasidas posteriores se apartan de este esquema, en muchas de ellas sigue siendo reconocible, al menos como referencia. Una de las qasidas más famosas es la Qasida Burda ("Poema del Manto") del Imán al-Busiri, que se basa en la forma clásica del poeta Ka'b ibn Zuhayr. Ibn Zuhayr la escribió en los primeros días del Islam, tras su conversión, y a cambio el profeta Mahoma le regaló su manto.

Variaciones persas del género

Después del siglo X, los persas desarrollaron ampliamente la qasida, y la emplearon para fines distintos de los originales árabes (panegíricos y nostálgicos). Por ejemplo, Naser Josrow empleó el género para expresar contenidos teológicos o éticos. El mismo Avicena empleó la qasida con fines filosóficos.
En el estilo persa, el comienzo suele describir un suceso natural, como el paso de las estaciones un paisaje o una amante imaginaria. De aquí surgen distintos subgéneros, como el "poema primaveral" o baharié (en grafía persa: بهاريه), el "poema otoñal" o jazanié (en grafía persa: خزانيه), etc. Tras esta introducción viene el tajallos, en el que el poeta normalmente se dirige a sí mismo empleando su seudónimo. La última parte representa el objetivo fundamental del poema, en la que se pide un favor o ayuda a un patrón o mecenas.
Las mejores qasidas en lengua persa fueron escritas por los siguientes poetas:
Tras la invasión mongol, desde el siglo XIV los poetas persas se interesaron más por el género llamado gazal, gazel o "gacela", y la qasida fue progresivamente abandonada. El género de la "gacela" tiene su origen en la primera parte de la qasida, en que los poetas alaban a sus amantes. Los poetas místicos sufíes emplearon la "gacela" con fines religiosos

La casida en la literatura en español

A lo largo del siglo XX, diversos autores en lengua española han recuperado y empleado la qasida para sus propios fines, si bien generalmente no respetan las formas clásicas árabes en sus textos, por lo que lo único que los une con el género original es un sentimiento de nostalgia y pérdida, y una temática generalmente amorosa.
  • También el poeta extremeño Félix Grande ha empleado ocasionalmente la casida, como en "Casida de la alta madrugada".



4 comentarios:

Juan Nadie dijo...

Magnífico post sobre la "casida", del que tomaremos alguna idea.

marian dijo...

Estos sí que son buenos,
(no como otras:)
Qué maravilla, de verdad.

Sirgatopardo dijo...

Han sido un descubrimiento casual como tantos otros.

Sirgatopardo dijo...

Han sido un descubrimiento casual como tantos otros.